80 aeronaves en el Fly-Party Burgos 2014

80 aeronaves en el Fly-Party Burgos 2014

El pasado fin de semana el Real Aeroclub de Burgos organizó su Fly-Party 2014, y en la que con gran éxito se reunieron 80 aeronaves que llegaron al aeropuerto de la ciudad desde diversos puntos de la geografía española, y más allá, concrétamente de Portugal, Francia y Bélgica.

 

 

El Aeropuerto de Burgos-Villafría fue el punto de encuentro para el Fly-Party 2014. Gracias a la organización del aeroclub de la ciudad, 80 aviones de lo más variado, se dieron cita en este aeropuerto burgalés para pasarlo bien en un lugar agradable y aeronáutico. Aeronaves de aviación general y deportiva, aviones históricos y experimentales, aeronaves de escuelas y otros aeroclubes, y como no, ultraligeros.

En esta ocasión el evento ha tenido que ser más austero que en la pasada edición (2010), ya que solo se contaban con los fondos propios del Real Aero Club de Burgos y la pequeña inscripción de los participantes.

El viernes por la mañana comenzaron a llegar los primeros. Los más madrugadores los miembros del Cub Club de Francia, que llegaron con dos Piper PA-18 de 90 HP, después tres de las cuatro tripulaciones portuguesas, varios ULM y mas aviones experimentales. Ya por la tarde se alcanzaron los 30 aviones, el último de ellos el espectacular Texan T-6G de la FPAC Fundació Parc Aeronàutic de Catalunya), y su tripulación (Ignacio y Jorge).

El globo aerostático del Real Aero Club de España, también estuvo presente. Voló cruzando la ciudad a primera hora del sábado, anunciando así el magnífico día aeronáutico que estaba por llegar, como pasajeros dos afortunados, que ganaron un sorteo de un vuelo para dos personas, el beneficio obtenido del sorteo era para la Protectora de Animales y Plantas de Burgos.

Durante el resto de la mañana y la tarde del sábado, siguieron llegando aeronaves hasta alcanzar los setenta y nueve participantes, lo que se puede considerar como un record sin precedentes para el aeroclub.

La Asociación de Aviación Experimental (AAE), había fijado su asamblea anual dentro de esta actividad del Real Aeroclub de Burgos. Muchos de sus asociados llegaron por tierra, mientras que otros lo hicieron por aire, con sus flamantes proyectos ya terminados.

También se realizaron algunos vuelos acrobáticos a cargo de la Escuela Avanzada de Pilotos (EAP) del Real Aero Club de España, que estuvo presente con el Super Decathlon.

La actividad fue incesante todo el día, ya que la organización fue gratamente sorprendida por la continua llegada de aeronaves, con la calle de rodaje “Charly” repleta de aviones de todo tipo camino, tras el aterrizaje, de la plataforma oeste.

A media mañana arribo a Villafría, el “autobús” de la Fundación Aeronáutica de la Comunidad Valenciana, con diez de sus miembros en él, así como otros dos aviones, una Warrior y un RV8. Tampoco faltó el L39 Albatros, propiedad de uno de los socios del Aeroclub de Burgos y basado en Villafría. Este reactor voló en un par de ocasiones haciendo las delicias de todos los participantes. Los aficionados al aeromodelismo pudieron disfrutar con la patrulla del Ejército del Aire de esta especialidad, ya que estuvieron presentes con su maravillosa colección de aeromodelos.

En un evento de este tipo no podía faltar una buena comida, preparada en esta ocasión por el aeroclub, con un menú típico burgalés, con el que se agasajó a todas las tripulaciones, con morcilla, chorizo, empanadas, tortillas y morro de cerdo. Aunque se tardó algo en comenzar, por ser los participantes muchos más de los previstos, no faltó de nada, especialmente de morcilla de Burgos, uno de los alimentos más conocidos de la región.

La anécdota negativa (aunque con final feliz) la protagonizaron dos Piper históricas y sus tripulantes, que habían salido de Lieja (Bélgica) y Lille (Francia) y volaban en formación el viernes, camino de Burgos.

A siete millas náuticas de El Havre, la Piper AE-1 de 65 HP pilotada por Alan y Joelle tuvo un fallo de motor por un problema en el sistema de combustible. Por ello tuvieron que realizar un aterrizaje forzoso en un campo de trigo donde capotaron, dañando seriamente la aeronave, aunque sin consecuencias para su tripulación. Y todo ante los preocupados ojos de sus compañeros de viaje, Jean-Claude y Jimena, que les acompañaban en formación con su Piper PA-18 de 90 HP. Tras verificar desde el aire que se encontraban bien y comprobaron la llegada de los equipos de emergencia, aterrizaron en el aeropuerto más cercano, para continuar el viaje al día siguiente hacia Burgos.

Una vez rescatados tripulación y avión, y formalizado el papeleo, se subieron al avión de la compañía de Alan, donde pusieron rumbo al Fly Party con una espectacular Socata TBM 700 donde llegaron a los postres. Gracias al caluroso recibimiento, pronto olvidaron el mal “trago” pasado.

La noche del sábado, en la cena de clausura, todos mantuvieron una animada charla, comentaban las cosas ocurridas en las dos jornadas y con ganas de repetir en un futuro.

El domingo se traslado a los asistentes al aeropuerto donde tras cumplimentar los planes de vuelo y consultar la “meteo”, fueron despegando hacia sus destinos. Pero todavía no habían llegado todos, ya que al final apareció el último participante en un ULM, que venía de Asturias, pensando que el domingo también continuaba la fiesta, ¡¡siendo así la aeronave numero ochenta del evento!!