Reuniones del Real Aero Club de España con autoridades aeronáuticas

Reuniones del Real Aero Club de España con autoridades aeronáuticas

Como consecuencia de la preocupación existente en nuestro sector por el reciente incremento de las tasas de aterrizaje, el Real Aero Club de España ha venido desarrollando un amplio programa de gestiones ante los principales organismos y autoridades aeronáuticas, en relación con la problemática del sector de la aviación general y deportiva.  El Presidente de la entidad se reunió en primer lugar con responsables de AENA con quienes se trataron asuntos como el handling, repostajes, slots de aparcamiento, controles de seguridad y especialmente el problema de las tasas, quedaron en ver la aplicación de la parte a aplicar a los vuelos de escuela, del resto comentaron no poder hacer mucho por ser una Ley.

Posteriormente, el Presidente y el Secretario General se reunieron asimismo con la Directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y el Director General de Aviación Civil, a quienes expusieron los principales problemas y aspectos de preocupación existentes en el ámbito de sus respectivas competencias, infiriendo particularmente en el incremento de las tasas aeronáuticas y su repercusión en la seguridad aérea, el deficit de aerodromos alternativos a las instalaciones de AENA, la celebración del Raid Paris-Madrid, la caducidad de las actuales autorizaciones de escuelas de pilotos, la implantación de los sistemas AFIS, problemática sobre el TMA de Madrid, espacio aéreo, ULMs, aeronaves ELA, habilitaciones de montaña o acrobácia, licencias de vuelo a vela, la revitalización de las negociaciones para el adecuado tratamiento de los aviones históricos, y la normativa aeroportuaria.

Con el Director General de Aviación Civil se hizo particular hincapié en la problemática de las tasas aeroportuarias  y se repitieron los planteamientos en relación con las instalaciones aeroportuarias, las normativas sobre licencias (con especial referencia a la posible implantación para aeronaves de menor peso), la posible regulación de las instalaciones aeroportuarias de montaña y la situación de las aeronaves propiedad de la DGAC.

Este amplio programa culminó en la mañana del día 8 de febrero con sendas entrevistas con la cúpula del Mº de Fomento, Secretario de Estado de Transportes y Subsecretario del Departamento, a quienes se efectuó un amplio planteamiento de la problemática de la aviación general en España enfocada desde el punto de vista principal del ofrecimiento de colaboración por parte del Real Aero Club de España y centrada en la aparente ausencia de unas claras políticas al respecto, concretando, como petición marco, el que se reconozca la existencia de una modalidad de la aviación denominada aviación general y deportiva; se conozca su realidad sobre la base de datos y no de apreciaciones; se considere el interés que tiene desde diferentes puntos de vista; y sobre tales bases, se aprecie el papel que cumple en el conjunto del sector aeronáutico y se encuadre adecuadamente en este contexto, diseñando en consonancia con ello el tratamiento que se debe dar en las diferentes regulaciones que la afectan.

Aun siendo prematuro emitir un juicio sobre el resultado de estas gestiones, creemos que debe considerarse ante todo lo excepcionalmente positivo de haber logrado exponer a los más altos responsables aeronáuticos, de forma programada y conjunta, la problemática de la aviación general y deportiva desde la perspectiva de los usuarios. Por otro lado, el Secretario de Estado de Transportes se mostró partidario de la apertura de cauces de colaboración en la materia, si bien dejó claro que las cosas no se pueden solucionar en plazos cortos.

Finalmente, por lo que hace al problema concreto y perentorio del incremento de las tasas de aterrizaje, se ha propuesto al Ministerio la posibilidad de hacer una interpretación más favorable de los preceptos de la Ley de Presupuestos 2011, cuya derogación o modificación no puede, obviamente, hacerse a corto plazo por precisarse para ello otra ley. Será preciso, pues, esperar un periodo prudencial para constatar la evolución del tema y obrar en consecuencia.