HACE YA UN MES DEL CIERRE “TEMPORAL” DE AERÓDROMO DE OCAÑA (LEOC)

HACE YA UN MES DEL CIERRE “TEMPORAL” DE AERÓDROMO DE OCAÑA (LEOC)

El pasado 27 de octubre se produjo la comunicación por parte de SENASA del cierre temporal del aeródromo de Ocaña (LEOC), uno de clásicos de la aviación general y deportiva en España. Pero esto no solo ha supuesto la pérdida de un destino para la AG, sino que está poniendo en aprietos a las organizaciones y empresas que tenían ahí su base.

El futuro de este clásico aeródromo sigue sin despejarse. Tras la decisión por parte de SENASA (Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica) de dejar la gestión del aeródromo y venderlo, finalmente se produjo una subasta en 2022 en la que, tras una oferta inicial 1.060.000 de euros, se alcanzó la cifra de 7,5 millones de euros. Pero al final el adjudicatario, por diversas razones, no llegó a hacer efectivo el pago y se declaró fallida la subasta.

En mayo de 2023 se puso de nuevo a la venta, y en esta ocasión el precio de salida ha sido más de doble del original: 2.650.000 euros. Sin embargo cambió el procedimiento, ahora mediante un proceso abierto (en tres fases): presentación de ofertas, negociación de la oferta económica con la comprobación de la solvencia económica de candidatos y finalmente será elegida la oferta más interesante para SENASA.

Todo este proceso, como indican usuarios de Ocaña, no ha parecido muy transparente: Se han incumplido plazos según los pliegos oficiales y con dudas razonables de la capacidad financiera de los compradores. Además resulta sorprendente que antes de conocerse de forma oficial el comprador, en la feria de IFEMA European Rotors 2023, que ha terminado hoy 30 de noviembre, hubiese ya un cartel ofreciendo posibilidades de inversión en el “nuevo aeródromo de Ocaña” VER FOTO

Pero todos estos procesos, siempre complicados, distraen del origen del problema: una mala gestión de un aeródromo público, por parte de SENASA, en el que se han formado miles de pilotos y que ha ido languideciendo en los últimos años. Ha sido una pena que SENASA no haya aprovechado el potencial que tiene sus instalaciones aeronáuticas, y sin olvidar su residencia (con 43 habitaciones, aulas y oficinas), restaurante y piscina, a solo 55 minutos del centro de Madrid.

Siendo como dice la web de SENASA “una sociedad mercantil estatal” que ha estado gestionando un aeródromo que tiene 50 años de historia y de titularidad pública, va a pasar ahora a manos privadas con las incógnitas sobre su futuro aeronáutico que esto tiene. Además lo que parece más ético es que SENASA, que recibió las instalaciones del aeródromo de forma “gratuita” y con ciertas subvenciones durante su gestión, hubiera devuelto al estado el aeródromo para sacarlo posteriormente a la venta.

Y no hay más que fijarse en los antecedentes con la gestión del aeródromo de Monflorite, en Huesca, que tras intervenir SENASA en su gestión histórica, AENA con la ampliación del aeropuerto y AESA con la rígida normativa en su operación mixta, consiguieron que la actividad de vuelo sin motor se tuviera que ir de allí. Para quedar ahora un aeropuerto prácticamente sin actividad y con una gran inversión en infraestructura realizada. Y de esta forma se han perdido los dos centros más importantes para el vuelo sin motor en España.

Y con este cierre no solo se han visto perjudicados los pilotos de aviación general y deportiva, sino que desgraciadamente este cierre “temporal” ha supuesto la paralización de las actividades que se realizan en el aeródromo colectivos como el Aeroclub de Ocaña, el Club Deportivo de Las Sillas Voladoras o el Centro de Paracaidismo Skydive, entre otras empresas. Como apunta los responsables, esto está suponiendo importantes perjuicios económicos y de actividad para estas compañías. Y también para los usuarios con un destino menos para viajar, impidiendo disfrutar del vuelo sin motor, de la labor de inclusión de personas con discapacidad en la ya consolidada actividad aeronáutica de vuelo sin motor adaptado, o la actividad paracaidista.

Y hasta el cierre se ha gestionado mal, ya que tres organizaciones aeronáuticas que estaban operando en Ocaña recibieron una carta de SENASA solo dos días antes del cierre del aeródromo. En ella se les comunicaba el cierre temporal hasta la fecha de reapertura, “que será comunicada con la mayor antelación posible”, y haciendo efectiva la rescisión de contratos.

Ahora toca esperar que el próximo propietario del aeródromo de Ocaña, instalación que inició su actividad de vuelo en 1962, continúe con la actividad aeronáutica de este clásico aeropuerto, y puedan regresar estas tres empresas y muchas otras y continuar así la actividad aeronáutica deportiva.